L'Ange exterminateur

Aráñame hasta que evapores mi sangre
don desgraciado de la adivinación con los muertos,
este pasado naufrago en la memoria castrada
debilita el bombeo cardiaco en el cuerpo,
no es vivir una herida bordada con hilos de oro en el corazón,
resulta al fin un dulce suspiro nombrado muerte
abrazado en el silenció del nacimiento,
escucho un chillido en el viento,
invita a pasear desnudo en el filo de la espada
sobre un lago de sangre
viejo como las canciones de Tebas,
invocamos los nombres de nuestros padres y nuestros hijos,
respeto en el destino que nos ata y nos mantiene presente
en este desgané de momentos clavados al cuerpo que duelen y maltratan,
vida… regálame un poco de gozo
por tantos años de mutilación y desconsuelo.