La Despedida II

La Despedida II

Es invierno,
tiempo de las cosechas,
el ultimo festín de otoño se sirvió,
el vino ya vinagres es,
y las flores mueren junto al palpitar de mi corazón
tengo frió y ninguna llama a tibia el dolor
ahora no existió el protocolo
ni la despedida simple,
abandono que nunca prometiste,
en mi renace un demonio,
que pensaba había expulsado,
simplemente dormía dentro de mi pecho
ocupado el hueco que jamás nadie llenara
y mi sangre se derrama
nuevamente transgrediendo el paso de mis pies
azufre en el aire
y las hojas de los árboles se pierden entre las lluvias,
fracaso trae en mi rostro lagrimas,
soy el olvidado loco de dios,
adiós amor que jamás me presento,
no soy príncipe jamás quise serlo
ni soy de papel porque soy de verdad…
mas ni tan bueno como real
solo justo tal como soy,
un imperceptible abismo de recuerdos,
que se trasforma en fantasma
un caballero de muerte,
que habla con los muertos
como lo hace con los vivos
sin dama ni bandera,
siempre sufrido melancólico total
aquí esperando en su camino,
pedido y sin rumbo sin ser espejo,
envuelto en el suspiro de un sueño distante,
guardián de tu jardín de rosas ocupado en tu corazón,
será que jamás existiré
mas allá de un sueño?
seré noche sin luna, sin sol
adiós quien sea que fuera la emperatriz de mentira
otra mujer de acuarela,
me enamoré de ti y que,
a si de censillo y fácil,
solo amor tan simple y tan fuerte
arrebatadoramente delicioso dolor,
no duele tu ausencia,
ni tu falta de aprecio,
lo que duele,
es la situación apocalíptica
de saberme encarcelado por el destino
por la patología romántica y suicida,
vuelvo a tener miedo,
de morir solo
y sin lágrimas el día de mi funeral
ya no queda nada de mi
algunas palabras…
y me gusta enamorarme
talvez ellas solo puedan comprender
a esta alma entristecida,
contagiada por ese mal
que no comprenderé nunca,
infinitas despedidas inmortales,
sin noches con luna, con lluvia que no terminan
los jardines ya muertos,
enterrado boca abajo,
los cuervos no me buscan
ahora me quedo,
solo… aquí,
anestesiado con la morfina
muriendo con el veneno de tu recuerdo,
no quiero morirme, quiero vivir
en un accidente con tu nombre
y no pensar en la recurrente facilidad
de nombrar un adiós,
adoro tus ojos…
y tu boca mientras mentía
el beso que te debo y los que quiero que me des
los abrazos prometidos
no son sino fracaso trasformados
en lagrimas que bañaran las flores
guardadas en cajas de porcelana
ahora ataúd de todo lo que pude soñar
de aquellos pensamientos optimistas
trasformadores de este muerto vivo
en artista en poeta de noches antiguas,
caballero de cuentos
sin nunca llegar a ser
tu deseo mas profundo
solo la mano, arrebatadora de tu dolor
ejerciendo presión sobre el destino
para que dejase descansar tu alma y le diera sonrisas
hice eso por ti no te percataste
que un día baje a lo mas profundo
para construirte una escalera por donde pudieras subir,
bajar cuentas veces quisieras,
te di alas para que llegases al cielo,
eran palabras,
lo se que nunca valen nada
ni siquiera un sonrisa hipócrita,
pero tengo la fuerza necesaria para decirte
que no importa
porque cada ves mas acierto en saberme mi destino
envuelto en la oscuridad de una habitación con olor a café,
hubieses asesinado lo que quedaba de mi,
despidiéndote en ves de dejarme tirado entre sangre y polvo,
veladoras e inciensos
gracias por todo aunque se,
no es verdad…