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Un día en el mundo
Alto en las torres han de verse los campos de Antioquia y la Hispania bella
traen aun un hijo de galos Cargando en la mesa de los banquetes,
pintado para matar, armado de la fuerza de su brazo
el coraje de alguien que no morirá,
las arenas son el bosque susurra en neblinas la inmortalidad
reclamando el nombre, como su esposa sagrada.
Mil días de oscuridad en su pecho sin heridas toda una historia,
su nombre, su casta, sus palabras en el idioma del viento que pocos comprenden
no es un esclavo más, no un bárbaro sucio, es príncipe y guerrero
ahora ilustre sacrificio en el circo, bendito esclavo de Cesar que morirá en el yugo de Ares,
sonríe sin felicidad, llora sin pena, como ¡ha de extrañar el verde de sus campos¡,
la luna en la noche mojándolo en el encanto de la libertad, perdida.
Antes de la noche en un sol, Apolo reía quería la sangre de su sacrificio,
mas rojo para brillar, más brillo para anunciar
el rugir del coliseo de las bestias de los hombres
fiesta en el circo magno, desfile de sangre y muerte,
habla la gente esperan a Cesar su dios en la tierra de los mortales
que comiencen los juegos abran las puertas
reclaman la sangre para el sol,
Samnitas contra Mirmillones, un primer asalto digno de dioses, digno del Cesar,
aplaude contemplando a quienes morirán por él,
espectacular fiero el combate chocan escudos y espadas,
sin conmover al pueblo de Roma, guarda silencio este circo magno
quieren más, no basta el triunfo Mirmillón, en el suspiro de una victoria
Cesar tan complacido manda a abrir las puertas.
No termina el tiempo de la espera Reciarios y Secutores,
son los verdugos cazaran sin tregua, y sus brazos no tendrán descanso
que hambre traen las espadas y las redes
golpean los Mirmillones, llueven las redes ocultando al sol,
las espadas besan la piel, tanta sangre y tanta fuerza,
caen uno tras otro en la piedad del Circo como una flor con espinas.
Que ley tan simple la de los Gladiadores dar el primer golpe o morir en el siguiente,
dogma de fe para el Gladiador ávido de vida
vida devorada por bestias, elefantes tigres y leones
bestias y hombres luchan por igual, hierro contra colmillos, garras contra escudos,
da igual morir la vida cambia en un segundo.
En esta gloria de los infiernos la porta libitinesis come delicioso
su festín de carne a cada prestigioso peleador que ha caído entregando la vida, su muerte,
no todos alguno de ellos en medio de la confusión del oscuro coliseo,
entre las rejas espera su turno a salir trenzado sus cabellos,
pinta su rostro, trae consigo el azul, el rojo, el verde en su cuerpo, viste las grebas,
el brazal y toma su espada con amor, es su hermana es su familia.
Sonríe pensando en lo bello que es morir,
suspira a los grandes valles, las montañas de neblina, aun cree en la luna y el hogueras
camina devuelta en paseos a temporales recordando su única nostalgia,
alegré-se expondrá, sin defensa a los golpes y no golpeara en vano,
tantos morirán, cual numero este de frente a su acero,
canta como cuervo en la espera de que abran su puerta.
Sin Fatiga con ánimos los últimos gladiadores de la tarde,
los mejores 50 sus combates ganados
hoy pelean por la espada de madera,
luchan contra los mejores del día, bestias, caballos, redes, tridentes y flechas
armaduras y terribles enemigos,
espera el publico la muerte inevitable de los héroes.
¿Que nos entregara un mundo mejor?
¿será la satisfacción de un sacrificio funerario en las fiestas de Saturnalia,
la diversión de la muerte
las fiesta más grande en los mármoles de Roma?
cerca de la puerta dentro del circo
levanta el rostro un hombre
se avecina el tiempo de la cosecha.
Cruje la porta triumphalis la gente le acompaña de pie y Cesar sonríe,
esos pasos rápidos hacen empolvar la arena
recubierta con un rojo de rosas humanas capturadas
desde los desiertos árabes, las regiones turcas, desde el norte, o el sur de Hispania,
en las islas bretonas, todo tienen nombres tienen sus historias,
pero nadie les recuerda han muerto en el mundo viven en el circo, son gladiadores.
Las pintas de muerte conmocionan le ayudan a sentirse bien
golpea fuerte derriba caballos u hombres mata bestias y azota con cadenas
su espada canta, las heridas que le duelen,
quiere llegar a los muros salir de ellos volver a las islas,
conmoverse con sus damas de blanco
la Roma preciosa no es su hogar.
Tiene dinero, fama sin interés, busca su nombre en el lenguaje del viento,
contar sus batallas y recrearse en los cantos del bardo,
choca la lanza contra su espada le destroza y arremete
corta un cuello y golpea sin descanso le llaman temor y dan pasos atrás
¿Qué sienten los romanos al ver de frente a un celta pintado para morir
a un hombre que eligió morir por él tan dispuesto a ello?.
Nada tiene que perder, tan lindo es su mundo de muertos,
que este le parece tan poco,
grita enfurecido un reclamo pide pelea vengan por el entréguenle la muerte
uno o todos juntos, el lo exige con la nostalgia de sus palabras,
tal vez hoy le salven los sueños lo vayan a matar
en la euforia de una gente que ama la sangre.
Gritan un nombre, hace eco en el imperio "Brian" "Brian"
sin más, sin nada detrás de él solo un ocaso
al frente Gladiadores le separan de su libertad,
corre a asesinar ni las flechas, ni las lanzas le detienen, sigue abriéndose paso,
es su baile es su arte la muerte,
no existe mejor lugar para estar solo.
Agitado su reparación se apaga, mira su puerta de Blanco y Oro,
le espera ahí la Diosa con los brazos abiertos
suspira y cierra sus ojos, es libre vuelve a casa,
ganándose una vida una muerte,
con el cuerpo devorado entre el griterío y la desolación,
llega su noche, llega su Luna a aquel hombre.
Gladiador hermosos combates nos has entregado tu que has caminado entre las sombras,
de quien su nombre conocido es, su origen pocos recuerdan,
cantan aun los bardos que un solo Guerrero Celta
conquisto al imperio, Roma la blanca y dorada ciudad de imbatibles caminos
el que fue su prisionero, una de sus Diosas le amo
con el don de su regazo…
Alto en las torres han de verse los campos de Antioquia y la Hispania bella
traen aun un hijo de galos Cargando en la mesa de los banquetes,
pintado para matar, armado de la fuerza de su brazo
el coraje de alguien que no morirá,
las arenas son el bosque susurra en neblinas la inmortalidad
reclamando el nombre, como su esposa sagrada.
Mil días de oscuridad en su pecho sin heridas toda una historia,
su nombre, su casta, sus palabras en el idioma del viento que pocos comprenden
no es un esclavo más, no un bárbaro sucio, es príncipe y guerrero
ahora ilustre sacrificio en el circo, bendito esclavo de Cesar que morirá en el yugo de Ares,
sonríe sin felicidad, llora sin pena, como ¡ha de extrañar el verde de sus campos¡,
la luna en la noche mojándolo en el encanto de la libertad, perdida.
Antes de la noche en un sol, Apolo reía quería la sangre de su sacrificio,
mas rojo para brillar, más brillo para anunciar
el rugir del coliseo de las bestias de los hombres
fiesta en el circo magno, desfile de sangre y muerte,
habla la gente esperan a Cesar su dios en la tierra de los mortales
que comiencen los juegos abran las puertas
reclaman la sangre para el sol,
Samnitas contra Mirmillones, un primer asalto digno de dioses, digno del Cesar,
aplaude contemplando a quienes morirán por él,
espectacular fiero el combate chocan escudos y espadas,
sin conmover al pueblo de Roma, guarda silencio este circo magno
quieren más, no basta el triunfo Mirmillón, en el suspiro de una victoria
Cesar tan complacido manda a abrir las puertas.
No termina el tiempo de la espera Reciarios y Secutores,
son los verdugos cazaran sin tregua, y sus brazos no tendrán descanso
que hambre traen las espadas y las redes
golpean los Mirmillones, llueven las redes ocultando al sol,
las espadas besan la piel, tanta sangre y tanta fuerza,
caen uno tras otro en la piedad del Circo como una flor con espinas.
Que ley tan simple la de los Gladiadores dar el primer golpe o morir en el siguiente,
dogma de fe para el Gladiador ávido de vida
vida devorada por bestias, elefantes tigres y leones
bestias y hombres luchan por igual, hierro contra colmillos, garras contra escudos,
da igual morir la vida cambia en un segundo.
En esta gloria de los infiernos la porta libitinesis come delicioso
su festín de carne a cada prestigioso peleador que ha caído entregando la vida, su muerte,
no todos alguno de ellos en medio de la confusión del oscuro coliseo,
entre las rejas espera su turno a salir trenzado sus cabellos,
pinta su rostro, trae consigo el azul, el rojo, el verde en su cuerpo, viste las grebas,
el brazal y toma su espada con amor, es su hermana es su familia.
Sonríe pensando en lo bello que es morir,
suspira a los grandes valles, las montañas de neblina, aun cree en la luna y el hogueras
camina devuelta en paseos a temporales recordando su única nostalgia,
alegré-se expondrá, sin defensa a los golpes y no golpeara en vano,
tantos morirán, cual numero este de frente a su acero,
canta como cuervo en la espera de que abran su puerta.
Sin Fatiga con ánimos los últimos gladiadores de la tarde,
los mejores 50 sus combates ganados
hoy pelean por la espada de madera,
luchan contra los mejores del día, bestias, caballos, redes, tridentes y flechas
armaduras y terribles enemigos,
espera el publico la muerte inevitable de los héroes.
¿Que nos entregara un mundo mejor?
¿será la satisfacción de un sacrificio funerario en las fiestas de Saturnalia,
la diversión de la muerte
las fiesta más grande en los mármoles de Roma?
cerca de la puerta dentro del circo
levanta el rostro un hombre
se avecina el tiempo de la cosecha.
Cruje la porta triumphalis la gente le acompaña de pie y Cesar sonríe,
esos pasos rápidos hacen empolvar la arena
recubierta con un rojo de rosas humanas capturadas
desde los desiertos árabes, las regiones turcas, desde el norte, o el sur de Hispania,
en las islas bretonas, todo tienen nombres tienen sus historias,
pero nadie les recuerda han muerto en el mundo viven en el circo, son gladiadores.
Las pintas de muerte conmocionan le ayudan a sentirse bien
golpea fuerte derriba caballos u hombres mata bestias y azota con cadenas
su espada canta, las heridas que le duelen,
quiere llegar a los muros salir de ellos volver a las islas,
conmoverse con sus damas de blanco
la Roma preciosa no es su hogar.
Tiene dinero, fama sin interés, busca su nombre en el lenguaje del viento,
contar sus batallas y recrearse en los cantos del bardo,
choca la lanza contra su espada le destroza y arremete
corta un cuello y golpea sin descanso le llaman temor y dan pasos atrás
¿Qué sienten los romanos al ver de frente a un celta pintado para morir
a un hombre que eligió morir por él tan dispuesto a ello?.
Nada tiene que perder, tan lindo es su mundo de muertos,
que este le parece tan poco,
grita enfurecido un reclamo pide pelea vengan por el entréguenle la muerte
uno o todos juntos, el lo exige con la nostalgia de sus palabras,
tal vez hoy le salven los sueños lo vayan a matar
en la euforia de una gente que ama la sangre.
Gritan un nombre, hace eco en el imperio "Brian" "Brian"
sin más, sin nada detrás de él solo un ocaso
al frente Gladiadores le separan de su libertad,
corre a asesinar ni las flechas, ni las lanzas le detienen, sigue abriéndose paso,
es su baile es su arte la muerte,
no existe mejor lugar para estar solo.
Agitado su reparación se apaga, mira su puerta de Blanco y Oro,
le espera ahí la Diosa con los brazos abiertos
suspira y cierra sus ojos, es libre vuelve a casa,
ganándose una vida una muerte,
con el cuerpo devorado entre el griterío y la desolación,
llega su noche, llega su Luna a aquel hombre.
Gladiador hermosos combates nos has entregado tu que has caminado entre las sombras,
de quien su nombre conocido es, su origen pocos recuerdan,
cantan aun los bardos que un solo Guerrero Celta
conquisto al imperio, Roma la blanca y dorada ciudad de imbatibles caminos
el que fue su prisionero, una de sus Diosas le amo
con el don de su regazo…
“Por casualidad, a mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de diversión, unos chistes, relajarme... Pero salió todo lo contrario... Estos peleadores de mediodía salen sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a los golpes, y ninguno golpea en vano... Por la mañana echan los hombres a los leones; al mediodía se los echan a los espectadores. La multitud exige que el victorioso que ha matado a sus contrincantes se encare al hombre que, a su vez, lo matará, y el último victorioso lo reservan para otra masacre. Esta clase de evento toma lugar estando casi vacías las gradas... Al hombre, sagrado para el hombre, lo matan por diversión y risas.”
Seneca
Fata viam invenient
Virgilio (Publius Virgilius Maro, 70-19 aC)
Vae victis!
Brenn el Galo
---------------------------------
Este trabajo es para bajo el tema, "la ultima batalla de un gladiador"
#Prosaicos es un juego basado en sus escritores y lectores, por favor recuerden leer a todos los participantes, y votar si asi lo desean por aquellos que les resulten los mejores.
actualmente puedes ir a votar
Seneca
Fata viam invenient
Virgilio (Publius Virgilius Maro, 70-19 aC)
Vae victis!
Brenn el Galo
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Este trabajo es para bajo el tema, "la ultima batalla de un gladiador"
#Prosaicos es un juego basado en sus escritores y lectores, por favor recuerden leer a todos los participantes, y votar si asi lo desean por aquellos que les resulten los mejores.
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Comments22
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Ay me gusta mucho!
de vdd que tu tienes un estilo tan propio y místico
solo
donde dice:
sonríe sin felicidad, llora sin pena, como ¡ha de extrañar el verde de sus campos¡, creo que deberia ir "iba"
saludos
de vdd que tu tienes un estilo tan propio y místico
solo
donde dice:
sonríe sin felicidad, llora sin pena, como ¡ha de extrañar el verde de sus campos¡, creo que deberia ir "iba"
saludos